Este post va dedicado a dos artistas descubiertos en el libro Costruttori di Babele que intervienen los muros de las ciudades que habitan.
Giovanni Bosco (Castellammare del Golfo, 1948 – 2009) trabajó desde muy joven como pastor y minero en una pequeña ciudad siciliana. Se quedó huérfano muy temprano y tuvo que enfrentarse a dos años de cárcel por robar ovejas. Durante un período de exilio se enteró de que dos de sus hermanos habían sido asesinados. La noticia le provocó una crisis nerviosa que le llevó a ser hospitalizado en un hospital psiquiátrico, donde probablemente recibió electroshock.
A su vuelta a Castellammare llevó una vida de extrema pobreza y utilizó cualquier soporte disponible para expresarse plásticamente, los muros de su ciudad, las paredes de su cuarto, cartones o papel de carta. Parece que también había inventado una especie de idioma.
Los murales se encuentran esparcidos por las calles del centro de Castellammare del Golfo y en la carretera de entrada a Salemi.
Más información y bibliografía en outsiderart.unipa.it. y en costruttoridibabele.net
Melina Riccio (1951) es una suerte de Penélope urbana. Vivió en las calles de Génova vagabundeando y pasando calamidades hasta que comprendió que tenía que recrear el paraíso en la tierra.
Melina es una señora vital que habla en rima y se viste y adorna con sus propias creaciones.
Comenzó haciendo grafitis hasta que hizo su primera exposición y lo abandonó para dedicarse a las piezas de collage con telas. Viaja acompañada de una gran bolsa de retales con los que hace instalaciones en el entorno.