La vida de Maria-Faustina Stefanini es intensa y seductora. Cuando acompaña a su familia a probar suerte en Francia es una chica atractiva de carácter fuerte e independiente. Tiene bastantes relaciones amorosas de las que resultan dos hijos que esconde en un primer momento y que termina entregando a la asistencia pública. Más tarde decide ir a París para ser actriz y cosecha bastantes éxitos. Llega a casarse con un marqués al que abandona nada más hacerse efectivo el matrimonio.
Maria-Faustina Stefanini fue una mujer atípica para su época, una de las primeras en conducir un automóvil y una hábil manipuladora de sus encantos. Se cree que fueron dichos encantos los que la liberaron de la cárcel donde cumplía una condena injusta. Su marido, deseoso de venganza, la acusó de espionaje y consiguió que la encarcelaran.
Produjo su obra pictórica en escasos dos años y su familia la relaciona con experiencias mediúmnicas. Realizó unos trescientos dibujos, casi todos sobre facturas de gasolina Mobiloil.
El día de Navidad de 1970 colocó un papel en la puerta de su casa diciendo “estoy de viaje”. Intrigada, una vecina hizo que forzaran su puerta y allí descubrieron a la marquesa en un estado de salud muy débil. Todas las paredes estaban cubiertas de frescos del mismo tipo que sus pequeños dibujos. Falleció en el hospital a los pocos días.