Esta tarde, escuchando Radio 3 me he enterado de la reciente apertura (en octubre del año pasado) de un museo de arte outsider en Londres. Se llama The Museum of Everything y se encuentra en una antigua lechería y estudio de grabación en Primrose Hill.
El museo parte de una idea del coleccionista James Brett y sugiere múltiples significados para el término outsider art mientras cuestiona la noción de museo como un espacio dedicado a un área concreta de nuestro patrimonio cultural. Los creadores reunidos en esta primera exposición son considerados fuera de los parámetros de la cultura oficial y están distribuidos siguiendo ciertas afinidades tácitas. Existe por ejemplo una pared dedicada a los mensajes redentores y también hay rincones y cavernas semi-escondidas para albergar las obras más misteriosas. Entre los creadores seleccionados se encuentran Monsiel, Gill, Carlo, Ramírez, Darger o Aloise.
No he encontrado ninguna fotografía del aspecto exterior del museo pero leyendo aquí y allá, he creído entender que se trata de un edificio destartalado en un complejo industrial al que se accede por una pequeña puerta negra difícil de encontrar. Ello no impide que se hayan formado largas colas a su puerta con esperas de hasta 40 minutos y que la duración de esta primera exposición se haya extendido desde octubre hasta el día de hoy.
El éxito viene en parte por las acciones desplegadas para promocionarlo. Se aprovechó el flujo de visitantes a la feria de arte contemporáneo FRIEZE para ubicar una monja en la entrada que repartía flyers e indicaciones para llegar al otro museo, el Museo de Todo.
Otra clave del éxito: para esta primera exposición James Brett propuso a artistas y figuras relevantes de la cultura que escogieran uno de los autores del museo y escribiesen un texto, que luego figuraría junto a las obras del mismo. Annette Messager, por ejemplo, escogió a Aloïse Corbaz. Otros colaboradores fueron Ed Ruscha, Eva Rothschild, Tal R, Jamie Shovlin, Bob & Roberta Smith, Richard Wentworth, Idris Khan, Arnulf Rainer, Ed Ruscha, Jockum Nordstrom, Klara Kristalova, Karin Mamma Andersson, Mark Titchner, Jarvis Cocker, Nick Cave y Anthony Hegarty.
Sin duda han sabido sacarle partido a la propuesta aunque… lo cierto es que los románticos sufrimos un poco con el marketing cuando éste se apropia de las cosas con voracidad. En parte porque no podemos justificar nuestro apego a que las cosas que nos gustan permanezcan tal y como nos gustan, en una especie de terreno semi-privado. Es probable que ese recelo que me provoca ver el diseño fresco y atractivo de su web y conocer sus efectivas acciones de marketing de guerrilla sea absurdamente reaccionario. Éste no es el primer museo que se abre sobre el tema, ni mucho menos el más importante, de hecho la única diferencia respecto a los otros es que éste es fashion.
Sólo para despistar voy a terminar con un verso de Jorge Riechmann en Rengo Wrongo “La vida es sencillamente lo contrario del marketing”.