Hace poco tuve la oportunidad de participar en el 2×2 Forum für Outsider Art que tuvo lugar entre los días 1 y 4 de octubre de 2009. Consistió en una exposición del trabajo realizado en estudios y talleres de Alemania, Italia, Finlandia, España, Austria, Suiza, Luxemburgo, Rusia y Noruega reunidos en la sala de exposiciones del Kunsthaus Kannen, un espacio-museo para la creatividad creado dentro del complejo hospitalario Alexianer en la ciudad de Münster. Entre los expositores se encontraba la reputada Clínica Maria Gugging en la que han surgido creadores de la talla de August Walla y Rudolf Horacek.
Cada taller participante disponía de un pequeño stand de 2 x 2 metros donde exponer algunas obras, videos, libros, folletos, etc. Los videos también podían ser visionados en una sala de proyecciones adyacente, situada entre la gran sala de exposiciones y el espacio de los talleres que, cuando el tiempo lo permitía, se extendían a los bellos jardines.
Una pequeña pero bien provista videoteca y biblioteca de arte outsider estaba a la disposición de los expositores y de los participantes de los talleres. También podían adquirirse numerosos ejemplares, tanto de las propias publicaciones del centro como de editoriales externas y catálogos de exposiciones de todo el mundo.
Además de las espontáneas puestas en común entre los distintos estudios, se desarrolló un ciclo de conferencias y mesas redondas en las que participaban galeristas, arteterapeutas, psiquiatras, coleccionistas y representantes de museos de arte outsider.
La arteterapeuta Lisa Niederreiter planteó las cuestiones éticas que se derivan de la publicación y el marketing aplicados a este tipo de creaciones, apuntando hacia la normalización de estos artistas.
El Doctor Wolfram Voigtländer, psiquiatra y coleccionista de arte outsider de puso de relevancia que desde que los historiadores de arte lidian con el arte outsider y ya no lo hacen los psiquiatras han surgido más talleres.
Como pudimos apreciar en el Foro, éste es un fenómeno evidente cuyo alcance es discreto en el caso de España. La impresión que me ha causado conversar con los representantes de los estudios adheridos a centros psiquiátricos es que muchos hospitales europeos son conscientes de que, al fomentar la creatividad de los pacientes y organizar exposiciones, se mejora su autoestima así como la imagen que su entorno tiene de ellos. Por supuesto, al final todo revierte en una mejor reputación para los centros, de este modo todo el mundo se beneficia. Es el caso de ARTeliers, un conjunto de talleres dirigidos por Ruth Ehemann en el Kantonalen Psychiatrischen Klinik Wil en Suiza. La propuesta ha ido evolucionando a espacios cada vez más grandes hasta contar con el enorme recinto de la antigua lavandería del hospital en el que tienen lugar talleres de cerámica, papel y nuevos medios.
En resumen, podría decirse que el arte outsider como fenómeno está lejos de apagarse. Su compleja relación con el mercado del arte no impide que sigan surgiendo creadores interesantes. Si además aceptamos que en muchos aspectos el hecho de coleccionar está cerca de lo patológico, asistimos a un mecanismo de retroalimentación entre los que hacen y los que coleccionan, incentivado por las ponderaciones de los galeristas e intermediarios.
A este respecto, Christian Berst, fundador de la galería Objet Trouvé de París, señala que el mercado del arte ha hecho caso omiso de las advertencias de Michel Thévoz “L’art brut n’est pas à vendre”. No sólo el Art Brut se vende sino que además se cotiza a precios cada vez más altos.