Fuente del vídeo y de la imagen: Granada Digital
Esta obra es la huella de una acto íntimo y expresivo desarrollado durante más de 20 años por Roberto Pérez, que ha combinado su profesión de médico con su pasión de arquitecto margivagante. La Finca de Piedras, ubicada en el Fargue (en la provincia de Granada) es para Roberto muchas cosas…
Es un espacio social: un lugar de reunión para amigos y familia, donde se celebran encuentros y fiestas. Surgió una fría noche en la que Roberto estaba sentado con su novia en dos sillas de plástico disfrutando de la naturaleza y de su terreno, en el que aún no había nada. Ahí nació la idea de lo que él llama “el mirador”, una pequeñísima estructura de dos plantas en la que podemos encontrar un sofá y un telescopio para perderse en las estrellas.
Es un espacio terapéutico: un rincón para la catarsis, para desahogar frustaciones y ansiedades a través del trabajo físico, de la creatividad y del contacto con los materiales y la naturaleza.
Es un lugar para la creación y el reciclaje: donde se aprovecha tanto lo que el medio ofrece como desechos o restos de otras construcciones. Roberto es además una especie de hombre del renacimiento que bucea en muchas disciplinas. Este cirujano, artista, acupuntor, escultor, arquitecto… se acerca a las cosas con mirada de científico y espíritu amoroso y de juego ¡vaya mezcla de lujo! Su obra comprende además pintura, escultura en piedra, madera y forja, arquitectura, vidrieras, creación de biotopos, reforestación de terrenos intrasitables…
Ahora, la Administración priva a Roberto de seguir trabajando en su creación y le impone una sanción ridícula: 99.901€ más el expediente de derribo. La cifra en sí tiene guasa, parece una invención de Julio Cortázar hablando de una multa que ponen los famas a los cronopios por hacer ostentación de su cronopiez.
Me parece una enorme hipocresía que en España se permitan aberraciones urbanisticas de todo pelaje y vengan a molestar a Roberto, cuando lo que él hace es aportar diversidad y riqueza a la relación entre arquitectura y naturaleza. La Administración, ese monstruo sin cara todo supuesto rigor y ley, aparece para aplastar sin pestañear las ilusiones de un hombre. Y cómo va a ver o a pestañear si no tiene ojos, ni corazón para conmoverse, ni manos para abrazar la singularidad de los individuos.
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En este enlace puedes leer un artículo de Granada Digital sobre Roberto Pérez y su obra: http://www.granadadigital.es/la-finca-de-las-piedras-encantadas-de-el-fargue-que-podria-desaparecer/